Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos.  Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer. Juan 15-1:27

La vid es una planta fructífera; una sola vid produce muchas uvas. En el Antiguo Testamento, las uvas simbolizaban la capacidad de Israel de llevar fruto haciendo la obra de Dios en la Tierra. (Salmos 80:8; Isaías 5-1:7; Ezequiel 19:10-14).

  • El pronombre Vosotros es doblemente enfáticos; Vosotros y solamente vosotros”.
  • El término amigos traduce el vocablo griego que se deriva del verbo amar (fileo).

Cristo es la vid, y Dios es el labrador que cuida de los pámpanos para lograr que produzcan fruto. Los pámpanos son todos aquellos que se declaran seguidores de Cristo.

Los pámpanos fructíferos son los verdaderos creyentes que mediante su unión viva con Cristo llevan mucho fruto. Pero a los que se toman improductivos, a los que se arrepienten de seguir a Cristo después de comprometerse superficialmente, se les separará de la vid.

Ser improductivos es como estar muertos, por lo cual los cortarán y los echarán fuera.

Jesús establece 2 tipos de poda:

  1. Quitar.
  2. Limpiar las ramas.

Las ramas que llevan fruto se limpian a fin de promover el crecimiento. En otras palabras, a veces Dios debe disciplinarnos para fortalecer nuestro carácter y nuestra fe. Pero las ramas que no llevan fruto se quitan del tronco porque no solo son inútiles, sino que a menudo afectan el resto del árbol.

Las personas que no llevan fruto para Dios o que intentan bloquear los esfuerzos de los que lo siguen, serán cortados de su poder vivificado.

El fruto no se limita a ganar almas. En este capítulo la oración respondida el gozo y el amor se mencionan como fruto. (Gálatas 5:22-24 y 2 Pedro 1-5:8) Describen frutos adicionales: cualidades del carácter cristiano.

Muchos tratan de ser personas buenas y sinceras que hacen lo que es debido. Pero Jesús dice que la única manera de llevar una vida buena de veras es permanecer cerca de Él, como un pámpano unido a la vid.

Separados de Cristo, nuestros esfuerzos no llevan fruto. ¿Recibes el alimento y la vida que ofrece Cristo, la vid? Si no los recibes, te estás perdiendo algo extraordinario.

Cuando una vid lleva mucho fruto, Dios se glorifica. En una analogía de la agricultura, Dios envía el sol y la lluvia para hacer crecer los cultivos, y alimenta cada planta y la prepara para que florezca. ¡Qué momento de Gloria para el Señor la cosecha cuando esta se lleva a los almacenes, madura y lista para su uso! Dios es quien hizo que esto sucediera.

Entonces Dios se glorifica cuando la gente establece una buena relación con Él y comienza a “llevar mucho fruto”.

Con este trasfondo en mente, Jesús presenta una sencilla alegoría a sus discípulos por medio de la cual enseña cuales son las demandas del discipulado y lo que es necesario que ellos hagan para satisfacer sus demandas.

Jesús, en este capítulo describe 2 tipos de relaciones que debemos tener:

  1. Jesús describe su relación con el Padre (vv 1-4)
  2. Jesús describe su relación con sus discípulos (vv 5-8)

Uno de los temas principales del cap. 14 era Jesús como el camino para entrar en una relación con el Padre. En el capítulo 15 vemos el resultado de esa relación con el Hijo y con el Padre: la producción de abundante fruto que satisface la expectativa del Padre.

Nuestro gozo y amor viene de una firme relación con Jesucristo. Cuando nuestras vidas están entrelazadas con la de Cristo, Él nos ayuda a amar a nuestro prójimo, amigo, hermano, el gozo de vivir con Jesucristo cada día, nos mantendrá equilibrados en el amor con mi amigo.

Debemos amarnos unos a otros como nos amó Jesús, y Él nos amó tanto que dio su vida por nosotros. Tal vez no sea necesario que demos nuestra vida por otro, pero existen otras formas de practicar el amor sacrificial como; ayudar, escuchar, alentar, dar. Piensa en alguien en particular que necesite hoy esta clase de amor. Dale todo el amor que puedas u luego trata de dar un poco más.

Jesús tomó la primera decisión; amar y morir por nosotros, invitarnos a vivir con Él para siempre. Nos toca a nosotros la siguiente decisión; aceptar o rechazar su ofrenda. Sin la decisión de Él, no nos quedaría otra alternativa.

Los cristianos recibirán bastante odio del mundo; entre nosotros lo que debe existir es amor y apoyo. ¿Permites que un problema pequeño te impida amar a otro creyente? Jesús ordena amarlo y te dará la fortaleza necesaria para hacerlo.

Jesús vuelve al tema una y otra vez sobre la obediencia a sus mandatos como prueba de su amistad o amor para con él.

Como hijos de Dios, nosotros debemos de dar fruto con nuestro prójimo, aquellos que son nuestros amigos, hermanos, no solamente de la carne, sino de la fe.

Nuestra relación con Dios cambia nuestra manera de tratar a las personas; una verdadera relación con Dios cambia nuestra forma de amar a nuestros amigos; nuestra relación con Dios nos hace dar la vida por nuestros amigos.

¿Qué tanta relación tienes con el Padre, como para llevar fruto y dar la vida por tu amigo que está a tu lado?

Esa decisión lo sabrás conforme pases más tiempo en relación con Dios.

Te invito a que reflexiones sobre cómo estás llevando fruto con tus amigos y hermanos en Cristo. ¿Estás obedeciendo sus mandatos? Recuerda que al obedecer, estas siendo amigo de Cristo.

 

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